EL ESPÍA, de Jorge Díaz. Puntuación: 4/5
Después de varios años leyendo a Carmen Mola, pseudónimo bajo el que escriben Jorge Díaz, Agustín Martínez y Antonio Mercero, ha sido una grata sorpresa la publicación en solitario de una nueva novela por el primero de ellos, ‘El espía’, un thriller histórico ambientado en la primera mitad del siglo pasado, la misma época de otros libros del autor que ya os he recomendado alguna vez: Cartas a palacio –una historia de amor durante el reinado de Alfonso XIII- y Tengo en mí todos los sueños del mundo –que transcurre en el buque Príncipe de Asturias que zarpa en plena I Guerra Mundial desde Barcelona hacia Buenos Aires-.
Su
nueva novela transcurre entre la historia y la ficción, pues utiliza personajes
históricos como el barón von Rolland (un judío de Salónica, llamado en realidad
Isaac Ezratty, que después de ser el jefe de los espías alemanes en Barcelona
durante la I Guerra Mundial, se convirtió en colaborador de los nazis durante
la II Guerra Mundial, traicionando a su propio pueblo); el comisario Brabo Portillo
(que en la vida real formó parte de la guerra sucia contra los sindicatos
anarquistas catalanes y terminó siendo expulsado de la policía y, posteriormente,
encarcelado); el almirante Canaris (jefe del espionaje del Tercer Reich); y
Pilar Millán Astray (hermana del general Millán Astray, fundador de la legión,
que llegó a convertirse en dramaturga, siendo autora de obras como La tonta del bote). Y junto a ellos,
otros de ficción como el joven cabo de la guardia civil, Javier Bermejo, a
quien corresponde la investigación del asesinato del barón con el que se abre
la novela, a manos de Lucas, Cosme y Antoñito, tres vecinos del municipio
almeriense de Mojácar: don Anselmo, el cura y alcalde del pueblo y su ayudante Eusebio
Marco; y, finalmente, el doctor Arévalo y su bella hija Isabel.
He
leído en alguna entrevista concedida por el escritor que se ha inspirado para
escribir esta historia en La verdad sobre
el caso Sabolta, de Eduardo Mendoza, puesto que el barón Rolland y el
comisario Brabo Portillo fueron los autores intelectuales de la muerte del
industrial barcelonés Josep Albert Barret, que también aparece en esta novela.
El
libro comienza en Mojácar en el año 1952, donde se desarrolla la investigación
del cabo Bermejo, pero tiene, en realidad, dos líneas temporales, ya que en
capítulos alternos se va desgranando el pasado del barón Rolland, desde su paso
por Barcelona en 1917 donde creó una red de informadores para Alemania, -lo que
le valió la Cruz de Hierro-, hasta su traslado posterior a Mojácar para
asegurar el suministro de los submarinos alemanes.
Perdida
la guerra von Rolland sale de España y termina internado en 1938 en el campo de
concentración de Auschwitz, de donde es rescatado por su amigo Canaris para que
monte una nueva red de espionaje en Argentina.
Junto
a estas dos líneas, la novela intercala también, a modo de flashbacks, las actas de los interrogatorios a los que el barón fue
sometido por los servicios secretos británicos, y gracias a los cuales consigue,
al acabar la guerra, instalarse definitivamente en Mojácar y obtener la
nacionalidad española.
Y
poco más que añadir a esta novela, cuyo salto a la pantalla ya se está
negociando, que se lee a buen ritmo, que cuenta con unos personajes muy
carismáticos y que no tiene los tintes cruentos y brutales a los que nos tienen
acostumbrados las novelas que forman el universo de Carmen Mola.
Uff me encanta este tipo de novelas. Anotando 📝. Gracias por tu reseña y recomendación.
ResponderEliminarNo vamos a tener vida para tanto libro
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