LA SINFONÍA DE LOS MONSTRUOS, de Marc Levy Puntuación: 4/5

Cuando inicié la lectura de ‘La sinfonía de los monstruos’ no sabía que era la segunda parte de una trilogía que comenzó con ‘Ocurrió de noche’, de Marc Levy, el escritor francés más leído en el mundo.

Como os conté en la reseña que hice de ese libro, que no me gustó demasiado, era un thriller informático protagonizado por el llamado Grupo de los 9, formado por Vital y su hermano Malik, Cordelia y su hermano Diego, Mateo y Ekaterina, Janice, Maya y Noa.

Sin embargo y contra todo pronóstico, esta segunda parte ha conseguido atraparme por su temática, ya que está basada en hechos reales de gran actualidad: el secuestro de más de 20.000 niños ucranianos por parte de Rusia desde el inicio de la invasión.

A modo de resumen, la novela trata del secuestro de Valentyn Khodova, un niño ucraniano de nueve años, que no puede hablar, secuestrado a la salida del colegio, al que tratan de encontrar, por todos los medios, su hermana Lilya y su madre Veronika, que trabaja como enfermera en el hospital de Rikove. Para lograrlo contarán con la ayuda de algunos de los miembros del Grupo de los 9, especialmente de Vital, Cordelia y Maya.

Valentyn es integrado en un programa con el objetivo de reeducarlo en el patriotismo hacia Rusia y en la veneración a Putin y termina en Moscú para ser adoptado por María Lvova-Belova, Comisionada para los Derechos de la Infancia, que ya tenía cinco hijos biológicos, cuatro de acogida y la tutela de trece niños discapacitados.

Tras la lectura de esta novela, en la que por supuesto aparece también el grupo Wagner, el cuerpo de mercenarios aliados del Kremlin en la invasión de Ucrania, he buscado un poco en internet sobre el tema y es escalofriante.

Putin firmó en 2022 una ley que permitía la ciudadanía rusa por la vía rápida a los menores ucranianos acogidos por familias rusas, allanando así el camino a la adopción permanente, en un país donde no está permitida la adopción de extranjeros.

Por esa razón, gobiernos de todo el mundo, ONG’s internacionales y la misma ONU han condenado esta práctica, ya que desde el comienzo de la guerra cientos de niños de las zonas ocupadas han sido llevados a Rusia para ser acogidos en familias o instituciones estatales o bien no han regresado de tratamientos médicos o de campamentos de verano en territorio ruso, con la excusa de salvarlos de los horrores de la guerra y darles una vida mejor. Y todo ello a cambio de una compensación económica por cada niño acogido para conseguir su integración en la nueva madre patria.

En fin, una novela que no solo entretiene sino que informa y forma las conciencias de los lectores ante una guerra que ya dura demasiado y cuyas consecuencias son imprevisibles.