TE LLAMARÉ CELIA, de María Montesinos Puntuación: 3/5
Ya antes había a María Montesinos con ocasión de la trilogía ‘Un destino propio’, ‘Una pasión escrita’ y ‘Una decisión inevitable’, una historia sobre mujeres que lucharon por ejercer su profesión a finales del siglo XIX.
Su nueva novela, ‘Te llamaré
Celia’ vuelve a situarse en el mismo contexto histórico y con una temática que
guarda ciertas semejanzas con las anteriores, aunque en este caso se trata de
una novela histórica, de corte biográfico, pues no es más que la vida novelada
de Encarnación Aragoneses, más conocida como Elena Fortún, que dio vida a Celia, la protagonista de una serie de
libros infantiles, editados por Aguilar, que la convirtieron en la escritora
más leída de España.
Y sin embargo, con el
transcurso de los años Elena Fortún se convirtió prácticamente en una
desconocida, a pesar de haber pertenecido a una generación de mujeres que
desafió las normas de su época luchando por la igualdad de sus derechos, como
lo hicieron otras muchas contemporáneas suyas que aparecen en la novela: Zenobia Camprubí, esposa de Juan Ramón Jiménez, Victoria Kent, María de
Maeztu, Clara Campoamor, Carmen Baroja, María Lejárraga, Gabriela
Mistral o Rosa Chacel, entre otras. Una comunidad de mujeres luchadoras y
combativas, muchas de ellas miembros del Lyceum Club, donde podían desarrollar
sus inquietudes culturales e intelectuales al margen de la vida doméstica, que
en esos momentos era el único destino de la mujer española.
El libro abarca desde 1928, cuando tras
el regreso de Tenerife, Elena Fortún, cumplidos los 38 años, comienza a publicar sus primeros cuentos infantiles en Gente Menuda, dentro el suplemento Banco y Negro de ABC, hasta su fallecimiento el 8 de
mayo de 1952. A lo largo de esos años la autora va desgranando el día a día de
su vida: su boda con el teniente de infantería, Eusebio Gorbea, con el que no
tuvo un matrimonio feliz; la muerte de su hijo Manuel (Bolín) de encefalitis
letárgica a los diez años, dejando como hijo único a Luis; el origen de su pseudónimo
que adoptó del título de la primera novela de su marido; la creación de su personaje
Celia inspirada en la hija de Mercedes, una de sus grandes amigas; su ascenso a
directora de la sección Gente Menuda
y sus colaboraciones en otros diarios de prensa escrita; o su relación íntima
con la grafóloga Matilde Ras.
Son los años de la dictadura de Primo de
Rivera, primero, de Berenguer después, hasta el exilio del rey Alfonso
XIII y la proclamación de la República
en 1931 por Niceto Alcalá Zamora. Después llegará el alzamiento y Elena Fortún,
una mujer feminista, lesbiana y republicana no tendrá otro camino que el exilio
a Buenos Aires, donde siguió escribiendo, hasta su regreso a España en el año
1952, ya enferma y tras el suicidio de su marido.
En resumen, que es una novela que viene
a rescatar una figura olvidada de la historia a pesar de haber hecho soñar a
una generación de niñas con libros que algunas habréis visto en casa de
vuestras madres: Celia en el colegio,
Celia novelista, Celia en el mundo, Celia madrecita, Celia institutriz en
América o Celia se casa. También hizo célebres a otros personajes de la misma
familia como Cuchifritín, el hermano de Celia. Sin embargo, pasó desapercibida
por otras obras como El pensionado de
Santa Casilda que escribió a cuatro manos con su gran amor Matilde Ras y,
sobre todo, por Oculto sendero, su
novela más autobiográfica que escribió bajo el pseudónimo de Rosa María
Castaños, pues nunca supo enfrentarse a su verdadera identidad sexual.
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