LA ÚLTIMA CARTA, de Mercedes Guerrero Puntuación: 4/5
Antes de cambiar de autor, os dejo la reseña de la última novela leída de la escritora cordobesa Mercedes Guerrero, aunque en este caso es más floja y más breve que las anteriores, quizás porque fue una de las primeras en escribir y ha mejorado mucho con los años.
Se trata de una novela
romántica, combinada con elementos propios del thriller, en la que lo más
interesante es la ambientación en una isla paradisiaca ficticia, aunque
inspirada en las islas Seychelles –la de Mehae, una pequeña isla de Sudáfrica
dedicada a la plantación de tabaco- y el conflicto racial entre colonos y
nativos entre los años 1978 y 1982 en los que transcurre la historia cuando aún
el Appartheid era la ley imperante.
La novela arranca el 23 de
mayo de 1982 en Londres, cuando la novelista Claire Evans recibe el premio
Whitbread por su libro Inocentes secretos,
sin que hasta ese momento haya sido desvelada su identidad. En dicho libro
autobiográfico narra el descubrimiento de un asesino en serie al que ella misma
desenmascaró.
A partir de ese primer capítulo comienza
realmente la historia. El 25 de julio de 1978 Ann Marie, la protagonista de la
novela, viaja desde Londres hasta la isla Mehae tras un matrimonio concertado
por poderes con un hombre al que no conoce, Jake Edwards, el hermano viudo de
su mejor amigo, Joseph Edwards.
Ann Marie que necesita dar
un giro a su vida tras el traumático divorcio de su marido, acepta la
propuesta, pues aunque resulta un salto al vacío, su sueño siempre fue ser
escritora y vivir en ese lejano lugar le permitirá hacerlo realidad.
O eso pienso ella, pues nada
más llegar a la isla y antes de conocerla, es repudiada por su marido a cambio
de la entrega de una bolsa de diamantes como compensación, de manera que no le
quedará más remedio que incorporarse a la misión católica de la isla, donde se
entera de que hay un asesino en serie suelto y están apareciendo jóvenes negras
asesinadas por estrangulamiento y violadas.
Este es el resumen del
argumento y, en mi opinión, podía haber dado para bastante más pero se ha
quedado en la superficie. Sin embargo, sirve para pasar un buen rato porque es
entretenida.
Lo más interesante quizás
sea la lucha de la protagonista en favor de los derechos de los negros, teniendo en cuenta que
Ann Marie era hija de un diplomático canadiense y por esa razón ha viajado
mucho y carece de los prejuicios sociales de la época. El contraste entre la
vida de lujo de la colonia blanca y la precaria situación en la que viven los
nativos en pleno siglo XX toca el corazón del lector.
Gracias por la reseña. Gracias a ellas ya tengo pautada leer La sinfonía de Julia.
ResponderEliminarMe alegro
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