ESCLAVA DE LA LIBERTAD, de Ildefonso Falcones Puntuación: 4/5
He leído todos los libros de Ildefonso Falcones y, sin embargo, nunca he reseñado ninguno de ellos, porque este blog no tiene antigüedad suficiente y su última novela, ‘Esclava de la libertad’, ha tardado tres años en llegar.
Quienes lo seguís, como yo, sabéis que es un escritor de novelas
históricas muy entretenidas y bien documentadas, por eso recomiendo la lectura
de cualquiera de ellas: ‘La catedral del mar’, ‘La mano de Fátima’, ‘La reina
descalza’, ‘Los herederos de la tierra’ (la continuación de La catedral del
mar) y ‘El pintor de almas’, siendo mi favorito ‘La reina descalza’.
Su nueva novela está desarrollada en dos líneas temporales y
espaciales. La primera arranca en 1856 en Cuba, colonia española, adonde arriba
Kaweka, una niña de once años apresada en África, junto con otras 700 jóvenes
yorubas, a pesar de que hacía cuarenta años que la trata de esclavos estaba
prohibida, si bien España todavía permitía su propiedad en las provincias de
ultramar, lo que favorecía el comercio ilegal.
Un día aparece el marqués de Santadoma buscando un esclavo
robado y se lleva a Kaweka a su ingenio de ‘La Merced’, en el valle de la
Magdalena, de Matanzas, donde bajo el nombre de María Regla participa en la
zafra junto al resto de esclavos de la finca. Pero Kaweka pronto descubre que
ha sido elegida por los dioses orishas para luchar por la libertad de su pueblo,
en un momento histórico en el que se unieron en una misma guerra las ansías de independencia
de la metrópoli y la abolición de la esclavitud, juntando a blancos y negros en
un mismo ejército.
El autor nos va relatando a lo largo de sus más de 600 páginas, que
en 1868 empiezan ya las primeras revueltas contra España en la parte oriental
de la isla, momento en el que los amos liberan a sus esclavos para que peleen
junto a ellos. A ese ejército, capitaneado por el capitán General Céspedes, se
unirá Kaweka y su compañero Modesto.
En 1878 se produce la capitulación de las fuerzas rebeldes, en
el Pacto de Zanjón, momento en el que general Martínez Campos concede la
libertad as los esclavos que habían combatido en la llamada Guerra de los Diez
Años.
En 1895 se inicia, de nuevo, la guerra, ya con el apoyo
explícito de Estados Unidos, hasta que en 1898 la explosión del acorazado Maine
en el Puerto de la Habana desencadena el fin de la misma y la independencia de
la última colonia española, convertida en una república tutelada por aquel
país.
Sin embargo, en 1880 España ya había abolido la esclavitud,
aunque estableció un período de
patronato de ocho años durante el cual los negros debieron seguir trabajando
para sus antiguos amos en condiciones semejantes a las de la esclavitud, pues
España fue el último país occidental en abolirla.
La segunda línea se sitúa en Madrid en 2017, donde encontramos a
Lita Blasco, una joven mulata de 28 años que trabaja en la Banca Santadoma,
hija de Concepción, criada de dicha familia desde hacía generaciones.
En pleno proceso de venta de la entidad a los americanos, Lita
descubre que se trata de un banco levantado sobre la sangre de los esclavos y
comienza a investigar las raíces de su familia, lo que terminará abocándola a
una batalla legal en favor de la justicia y la dignidad que merece, no solo su
madre, sino todas las mujeres de su familia que vivieron como esclavas.
Y, precisamente, el autor sitúa esta historia de lucha contra el
racismo, la xenofobia y la discriminación racial en un momento histórico en el
que está teniendo lugar el Decenio Internacional para los Afrodescencientes, un
programa de la ONU, entre 2015 y 204, cuyo objetivo es la igualdad de las
víctimas, en especial de los descendientes de los esclavos de la época colonial
(Tratado de Durban).
En definitiva, dos tramas que se entrelazan a través de una
historia familiar de dolor, sufrimiento y lágrimas, relatadas a través de
escenas en las que el autor no escatima en crudeza, y que pretenden ser un grito
en defensa de valores como la tolerancia y la igualdad en un mundo que sigue
siendo injusto y plagado de multitud de formas distintas de esclavitud.
Para finalizar, deciros que esta novela me ha recordado mucho a
otra recientemente leída y reseñada, ‘El valle de los arcángeles’, de
Rafael Tarradas Bultó, pues ambas tienen una ambientación espacial y temporal
muy parecidas. Así que si el tema os atrae y os gusta la novela histórica,
también os recomiendo su lectura.
Uno de los géneros que más me gusta es la novela histórica, y por la reseña que haces de este libro hace que ponga empeño de leer a este escritor.
ResponderEliminarNo te va a defraudar
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