LA VOZ DE LOS VALIENTES, de Rafael Tarradas Bultó Puntuación: 5/5
Son muchos los libros que he leído sobre la II Guerra Mundial, algunos de los cuales me dejaron huella, como ‘La tabla esmeralda’, de Carla Montero; ‘Últimos días en Berlín’, de Paloma Sánchez Garnica; ‘El violinista de Mauthausen’, de Andrés Pérez Domínguez; 'La red de Alice', de Kate Quinn; 'Liberación', de Imogen Kealey; o ‘Entre tonos de gris’, de Ruta Sepetys, por citar solo algunos ejemplos de novelas sobre un tema que me apasiona.
La que acabo de leer, ‘La
voz de los valientes’, de Rafael Tarradas Bultó, pasa a engrosar ese listado de
libros que os menciono, porque me ha gustado muchísimo, como las dos novelas
anteriores de este autor, que mientras más leo, más me gusta.
Lo conocí con ‘El heredero’,
una magnífica historia ambientada en la guerra civil española, con los mismos
valores de valentía y honor que inspiran su nueva novela. Luego vino ‘El valle
de los arcángales’, otra novela de ficción histórica, pero en la que el autor
cambia totalmente de registro, pues se sitúa en una plantación del Caribe, en
la segunda mitad del siglo XIX, coincidiendo con los últimos años de la
esclavitud en las plantaciones de algodón.
Así que con este prólogo a
la reseña que os traigo, no queda más remedio que recomendaros su lectura si
os gusta el género y la temática, porque
no os va a defraudar.
A modo de resumen, ‘La voz
de los valientes’ es una novela en la que se cruzan varios personajes y
familias, españoles, alemanes, franceses y checos para trazar un mapa bastante
completo de lo que fue el desarrollo de la II Guerra Mundial, con la
persecución y el exterminio nazi de los judíos y la lucha de la resistencia por
establecer rutas de huída para salvar perseguidos y prisioneros evadidos de los
campos de concentración:
- August Wiener, empresario
judío que debe huir a Paris desde su castillo en Bohemia, con su hijo Saúl de
cinco años y su mujer Athalia porque Checoslovaquia ha sido ocupada.
- Hilda Sagnier, española y
su marido Harald, un conde nazi, que viven en el castillo de Burg Fallstein,
en Múnich.
- Pablo Bultó, empresario
textil, e Inés Sagnier, prima de Hilda, residentes en Barcelona y pertenecientes
a la alta burguesía.
- Ana Argüelles, duquesa de
Ríosgrande, abuela de Inés y dueña de la finca La Recuesta, en Asturias, rica
en minas de wolframio, mineral crucial para el desarrollo de la contienda.
- José Manuel Bultó, hermano
y socio de Pablo, y Heidi Klein, espía de la que se enamora perdidamente
durante una misión.
- Bob Asprey, espía inglés,
que acude a La Recuesta, reclamado por Inés, su antigua novia, cuando los
alemanes ponen sus ojos en la mina de wolframio, con el objetivo de constituir
una sociedad anglo-española para la extracción del mineral, RESINA Ltd. (acrónimo
de Recuesta sin nazis).
- Magda Stern, judía, amiga
de Inés y niñera de su hijo Ignacio.
- Sofía Maekelberg, aristócrata
alemana, cuya residencia Schloss Blank, en la región de Bohemia, es el lugar
donde se organiza una cacería de judíos.
- Bruno Lippe y sus
gemelos, perseguidos por los nazis, que aparecen escondidos en el bosque
de Burg Fallstein.
- Gustav Wagner, oficial
de la Gestapo, al mando de la comisaría de la Cerdeña, paso fronterizo con
España en la huida de refugiados perseguidos.
Junto a los anteriores hay
muchos más personajes, algo más secundarios, pero igual de necesarios para la
perfecta ambientación histórica recreada por el autor, y mezclados, a su vez,
con personajes reales –algunos ministros de Hitler o Mafalda de Saboya, por
ejemplo, hija del rey Víctor Manuel III, que muere en el campo de concentración
de Buchenwald, en 1944-.
Lo mismo ocurre con los
lugares donde va transcurriendo la novela, pues como se dice en la nota final
del autor, se mezclan escenarios reales con otros imaginarios, pero inspirados
en los existentes durante la época, pues no hace falta leer sus páginas para
saber que durante esos años de terror, la realidad superó a la ficción y que solo los valientes fueron capaces de alzar la voz.
Espero que os guste
tantísimo como a mí.
Ufff anotado parece súper interesante. Si, definitivamente la segunda guerra mundial ha generado mucha literatura, no gratas pero siempre hay sus excepciones.
ResponderEliminarMe ha encantado
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