Puedo decir que Paloma Sánchez Garnica
es una de mis autoras españolas favoritas, cuyas novelas, todas de corte
histórico, merecen la pena ser leídas y alguna, como ‘La sonata del silencio’,
incluso ha sido convertida en serie televisiva;
junto a la anterior, siento también predilección por ‘Las tres heridas’.
Este verano he leído ‘Últimos días en
Berlín’, novela finalista del Premio Planeta 2021, y que como su título indica,
se sitúa en la Alemania de finales de la II Guerra Mundial, aunque para
ponernos en situación el relato de los hechos abarca períodos anteriores.
Así la historia comienza el 30 de enero
de 1933, con el nombramiento de Hitler como canciller de Alemania, y en ese
momento el lector conoce a Yuri Santacruz, un niño que emigró desde Rusia a
Madrid con su familia, y que llega a Alemania con veinticuatro años para
trabajar en la embajada española bajo el cobijo de un amigo de su padre, Erich
Villanueva, guiado por el afán de
encontrar a su madre y a su hermano que quedaron atrapados en Rusia durante la
Revolución bolchevique.
La novela, además de novela histórica en
la que se dan repaso a diversos acontecimientos de la época e incluso
anteriores –el fin del imperio zarista, el horror de los campos de
concentración nazis y el exterminio de los judíos, los gulags soviéticos, la
guerra civil española…- es también una novela que pivota sobre un triángulo
amoroso: el que protagoniza Yuri con Claudia von Schönberg, vecina suya y
casada con un alto mando del partido nazi, por un lado, y con Krista, una
médica hija de su casera, Theresa Metzger.
Porque Paloma Sáchez Garnica reduce, prácticamente,
los personajes de su novela a los vecinos del edificio donde habita Yuri
Santacruz, los cuales mezcla con gran habilidad con personajes reales como
Lenin, Stalin, Hitler y algunos de sus ministros (precisamente muchas citas de
Goebbels, el ministro de propaganda nazi, preceden el inicio de los capítulos
que conforman esta maravillosa novela), o el embajador español en Budapest, Ángel Sanz Briz.
Así que, como veis, es una novela muy completa,
muy cuidada en su redacción y su argumento, que fácilmente atrapa al lector y
le hace disfrutar con su conmovedora historia y padecer con el sufrimiento de
sus personajes, los cuales están bastante bien perfilados.
De la mano de su pluma visitaremos la
Rusia zarista y las estepas siberianas donde se pudren los prisioneros rusos, o
un campo de concentración como Dachau, y viviremos las carestías de una guerra
que ya está dando los últimos coletazos y que tiene sumidos a los berlineses en
la miseria, principalmente a las mujeres que son, al mismo tiempo, objeto de
abuso sexual por las tropas de liberación.
En fin, que al libro no le falta de nada
y que nos previene de una idea importante: Una mentira repetida suficientemente
acaba por convertirse en verdad.
Un libro que está dentro de mis pendientes, gracias por la reseña.!
ResponderEliminar