EL CASO ALASKA SANDERS, de Joël Dicker Puntuación: 5/5
Joël Dicker es un joven escritor suizo que nos sorprendió a todos cuando hace nueve años publicó su libro ‘La verdad sobre el caso Harry Quebert’, e hizo las delicias de muchos lectores aficionados a la novela policíaca, recibiendo por ella numerosos galardones, entre otros el Premio Goncourt des Lycéens.
Después vendrían ‘El libro de los Baltimore’, ‘La desaparición de Stephanie Mailer’ y ‘El enigma de la habitación 622’, que fueron también éxitos de venta y crítica y cuya lectura os recomiendo porque a mí me hicieron pasar muy buenos ratos.
Ahora acaba de publicar ‘El caso Alaska Sanders’ que es la que hoy os traigo para raseñar y que se anuncia como secuela de ‘La verdad sobre el caso Harry Quebert’ y ‘El libro de los Baltimore’. Sin embargo, como el mismo autor ha contado, no se trata de una trilogía sino de una serie de tres libros, que comparten personajes, ya que vuelve a reunir al escritor Marcus Goldman con sus amigos: el sargento Perry Gahalowood y su mentor Harry Quebert, pero que pueden leerse de manera independiente.
Por ello, aunque hay una cronología que empieza con Harry Quebert en los años 2008 y 2009, continúa con este último publicado que transcurre entre 2010 y 2011 y finaliza con Los Baltimore en 2012, la realidad es que pueden leerse en cualquier orden.
Centrándonos en su argumento, estamos ante un caso de error judicial que ya dura once años, como consecuencia del descubrimiento del cadáver de una joven de veintidós años que aparece muerta el 3 de abril de 1999 al borde del lago de Mount Pleasant, una pequeña localidad de New Hampshire. Se trata de Alaska Sander, una aspirante a modelo que trabajaba en una gasolinera de la localidad, cuyo descapotable estaba en el aparcamiento del lago y en cuyo bolsillo del pantalón se encuentra el siguiente mensaje: “Sé lo que has hecho”.
Los encargados de la investigación inicial serán Nichokas Kaminsky; el sargento Matt Vance; y Perry Gahalowood, este último sargento de la brigada criminal de la Policía estatal de New Hampshire, con el que Marcus Goldman aclaró la muerte de Nola Kellergan en el caso Harry Quebert.
Pronto las pistas irán encaminadas contra Walter Carrey, el novio abandonado de la asesinada y contra su amigo Eric Donovan, que se convierten así en los primeros sospechosos, hasta culminar con el encarcelamiento de Eric, que se encuentra cumpliendo cadena perpetua.
Once años después, la aparición de una carta anónima que afirma que ambos son inocentes, provoca la reapertura del caso, de nuevo a cargo del sargento Gahalowood y su inestimable amigo el escritor Marcus Goldman, los cuales van a encontrarse con un crimen perfecto, que es aquel en que todas las pistas llevan hacia un culpable equivocado.
Os puedo asegurar que es una novela de suspense escrita con un ritmo vertiginoso, estructurada en varios tiempos (durante los años 1998 y 1999 cuando se produjo el crimen y los años 2010 y 2011 cuando un policía y un escritor, forman el perfecto equipo para investigar) y que atrapa en una telaraña llena de giros y secretos del pasado que mantienen hechizado al lector.
Por último, deciros que el autor hace un juego consigo mismo y con su principal personaje, Marcus Goldman, también escritor, para llevarnos a una confusión deliberada de manera que el lector ya no sepa si está en el plano de la realidad o en el de la ficción.
En fin, que el libro tiene todos los ingredientes para enganchar y por ello, al igual que las anteriores, os recomiendo su lectura, sobre todo ahora que se acercan las vacaciones y nuestro tiempo para la lectura y nuestras ganas de desconectar y pasar un buen rato aumentan.
Feliz verano a todos
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