VIOLETA, de Isabel Allende Puntuación 3/5
Para gustos los colores dice un refrán y para mi gusto ‘Violeta’, la última novela de Isabel Allende, no es la que más me ha gustado de todas las que le he leído, que son muchas, aunque sí tiene muchos rasgos comunes con algunas de sus primeras obras.
Nos encontramos ante la extensa carta que Violeta del Valle escribe
a Camilo, un personaje cuya relación familiar con ella no se desvelará hasta ya
bastante avanzada la novela y que sirve a la autora de recurso literario para hacer
un repaso a la historia de Chile –aunque expresamente tampoco se dice en ningún
momento que este sea el país en el que se desarrolla la obra- durante los
últimos cien años.
Porque Violeta, una mujer de familia acomodada, nació en 1920,
el año que la gripe española llegó a este país, y muere en 2020, el año en que
el mundo entero queda confinado a consecuencia de la pandemia Covid.
El libro está estructurado en cuatro partes. La primera narra la
infancia de Violeta y sus cuatro hermanos en la gran casa familiar, hasta que
la depresión del 29 arruina a su padre –Arsenio del Valle- y les obliga a
cambiar de residencia a la Hacienda Santa Clara, en Nahuel, una zona rural que
la autora llama el Destierro, a donde nuestra protagonista llega con once años para
empezar una nueva vida dedicada a las tareas agrícolas.
En la segunda parte, que va desde 1940 a 1960, Violeta conocerá
a Fabián Schmidt-Engler, el hijo menor de una familia de inmigrantes alemanes,
con el que contraerá matrimonio y con el que no logrará ser feliz. Por ello
cuando conoce a Julián Bravo, piloto de las fuerzas armadas británicas, Violeta
caerá rendidamente enamorada y con él tendrá dos hijos: Juan Martín y Nieves.
La tercera y cuarta partes (1960 a 1983 y 1983 a 2020) continúan
con la historia familiar, pero en ellas va a tener mucho mayor peso la historia
política de Chile: la llegada de la dictadura militar, la feroz represión que
se produjo y el asesinato impune de los disidentes, hasta llegar finalmente la
vuelta a la democracia.
De la mano de los hechos históricos, Violeta, una mujer bella,
inteligente, apasionada y romántica, pero sobre todo dotada de una gran
fortaleza personal, conocerá de nuevo el amor en los brazos de Roy Cooper y
finalmente en los de su marido, Herald Fiske, y nos contará la vida de todos
los personajes que la han ido acompañando a lo largo de los años.
Sin embargo, la novela va más
allá porque también en esta última parte Isabel Allende, de la mano de su
protagonista, nos va a enfrentar a temas como el feminismo y la reivindicación
de los derechos de la mujer, la crítica al clasismo social y, sobre todo, a la
violencia de género.
Poco más os puedo decir de
una novela que no es autobiográfica, aunque pudiera parecerlo, que está bien
escrita pero que a mí me ha resultado un poco plana y carente de emoción. Pero
no es más que una opinión personal de quien os hace esta reseña y que es
consciente también de que muchas veces las novelas llenan más o menos según el
momento en el que las leemos.
Tuve la oportunidad de leerla, te puedo decir que me costo al principio entrar en la historia a medida que iba leyendo es que me fue capturando. Comparto tu opinión.
ResponderEliminarPorque tenemos gustos parecidos, parece
Eliminar