LA MADRE DE FRANKESTEIN, de Almudena Grandes Puntuación: 5/5

Quien me conoce sabe que una de mis escritoras favoritas es Almudena Grandes y que la considero seguramente la mejor autora española actual, pues tiene una prosa magistral y un dominio del lenguaje y de los recursos literarios increíble, lo que unido a sus buenos argumentos, hace la delicias de cualquier lector. Pero no puedo dejar de advertir que siendo todo lo anterior rigurosamente cierto, también lo es que introduce en todas sus novelas su pensamiento ideológico que considero algo sectario, pues es de dominio público su militancia izquierdista y su continua crítica a la dictadura de Franco.

Pero si lo anterior no es un obstáculo para ti, querido lector, y puedes pasarte las horas leyendo páginas ocupadas por un solo párrafo y absorto en el relato de historias que llegan al corazón, las novelas de Almudena Grandes están escritas para ti.

‘La madre de Frankestein’ es la quinta entrega de ‘Los episodios de una Guerra interminable’ que hace ya unos años empezó a publicar, a modo de episodios galdosianos, con ‘Inés y la alegría’, ‘El lector de Julio Verne’, ‘Las tres bodas de Manolita’ y ‘Los pacientes del doctor García’, a lo largo de las cuales va a avanzando en el curso de la historia desde los prolegómenos de la Guerra Civil hasta el final de la dictadura.

Esta nueva entrega se sitúa en 1954 en el Manicomio de mujeres de Ciempozuelos, dirigido por la Orden Hospitalaria, donde convivirán María Castejón, auxiliar de enfermería, nieta del jardinero del centro, y el doctor Germán Velázquez, psiquiatra exiliado en su juventud a Suiza donde fue acogido por el doctor Samuel Goldstein.

Recién regresado a España a petición de su amigo a José Luis Robles, director del citado manicomio, para poner en práctica sus estudios sobre la aplicación de una nueva medicación a los enfermos de esquizofrenia, la clorpromazina, Germán va a reencontrase con Aurora Rodríguez Carballeira, una antigua paciente de su padre, ingresada por parricida paranoica al haber asesinado a su hija Hildegart.

Al mismo tiempo, el doctor Velázquez se siente atraído por María, pero en la España de los años 50 nadie es libre para enamorarse fuera del carril social al que se pertenece y él sabe que no puede hacerle daño porque su amigo Eduardo le ha contado la historia de María, una infancia sin padres reducida a las paredes de manicomio, truncada por el amor y el sufrimiento que vivió cuando se enamoró de Alfonso Molina, el sobrino de la casa donde estuvo sirviendo en Madrid tras la muerte de su abuelo.

María es como la nueva Sherezade, una contadora de historias, a la que la nueva superiora del manicomio quiere obligar a casarse con Juan Donato al que ella detesta. Por eso y con la ayuda de Germán no le quedará más remedio que huir para recalar en Palma de Mallorca con una cédula de identidad falsa.

Es una historia emotiva, que te atrapa desde sus primeras líneas, perfectamente ambientada en la España de posguerra, en la que también aparecen personajes reales como el doctor Vallejo Nájera, director del manicomio de hombres, ideólogo de la eugenesia asociada a la idea que el marxismo comporta la inferioridad mental y por esta causa muchos bebes fueros arrebatados a sus madres para ser entregados a nuevas familias a la que encargar otra educación. Porque también el tema tristemente famoso de los bebés robados aparece en el libro para ser tratado con toda su crudeza.

En fin, que no os puedo decir más sino que leer a Almudena Grandes es un auténtico placer para todos los que amen la buena literatura. Mi consejo: no perdérosla, es maravillosa, como todas las anteriores.