FLOR DE ARRABAL, de Carmen Santos Puntuacion 4/5
Todo lo que he leído de Carmen Santos hasta ahora me ha gustado mucho: ‘Días de menta y canela’ con la que la conocí, y a la que siguieron ‘El sueño de las Antillas’ y ‘Un jardín entre viñedos’. Su nueva novela, editada por Grijalbo, ‘Flor de arrabal’ sigue la misma tónica de las anteriores, a caballo entre la novela histórica y la novela romántica, aunque en este caso al tener casi 800 páginas, mi recomendación es leerla en vacaciones o en un período de relax, porque creo que se puede disfrutar más.
La novela relata la vida de
Florencia Lacasa, narrada en primera persona por la propia protagonista, desde
su nacimiento en 1900 en un barrio marginal de Zaragoza, donde vive con sus
cinco hermanos bajo el yugo de un padre maltratador, hasta su conversión en una
gran estrella de talla internacional bajo el nombre de Nora Garnier.
Y en esta aventura la autora
nos va a sumergir, al mismo tiempo, en los acontecimientos históricos que tuvieron
lugar durante la primera parte del siglo XX a lo largo de los distintos
escenarios en los que se desarrolla la novela: España, Francia, Alemania y,
finalmente, Cuba. Así el lector pasará por la I Guerra Mundial, el desastre de Annual en el norte de Africa,
el auge del anarquismo en España previo a la I República, el crack de la bolsa
de 1929, el auge del nazismo y, finalmente, la II Guerra Mundial.
Nuestra protagonista, la
bella Flor, sale por primera vez de su barrio a la muerte de su madre y se coloca de fregona en el teatro La
Pulga donde descubre una ventana mágica a un mundo nuevo, el de la canción.
Allí conoce a sus dos primeras amigas, la Sultana y Amapola, hasta que el paso
del tiempo la convierte en una belleza y en la nueva estrella del teatro que
cada noche debe proteger su amigo de la infancia, Andrés.
Pero todo tiene un coste y
una noche el dueño del teatro, Rufino, decide subastar su virginidad y
entregarla por 150 pesetas a un alemán, Wolfgang, que le cambiará la vida, pues
es el primer hombre que la tratan con respeto en sus catorce años de vida.
Esa misma noche decide
abandonar su mundo y huir a Madrid, donde termina colocándose de nuevo de
criada en la pensión de doña Gertrudis, hasta que Rita, la que llegará a ser su
mejor amiga, le consigue trabajo de corista en Cocó. Sin embargo no es más que
el señuelo de una fama que no llega para ninguna de las dos, que deben alternar
con los clientes ricos del teatro e incluso posar para fotos eróticas para
poder sobrevivir en un Madrid convulso, pues corren ya los años de la I Guerra
Mundial y la vida se reduce a la búsqueda de la mera subsistencia.
Con el tiempo consigue
trabajo en el Trianon Palace, donde prospera y se reencuentra con Andrés,
convertido ahora en un anarquista revolucionario. Pero siguen corriendo malos
tiempos y la gripe española asola el país. Su amiga Rita, con la que comparte
piso, muere y Flor, que se descubre embarazada de Andrés, decide abortar para
alejarse de la miseria que acompañó la vida de su madre y de tantas mujeres
reducidas a la crianza de un hijo detrás de otro.
Una noche, mientras actúa,
es descubierta por Octavi Montagut, que se la lleva a Barcelona, convirtiéndose
en su mecenas. El le ofrecerá educación y formación hasta transformarla en la
artista Nora Garnier, aclamada en los mejores teatros de Europa. Pero el coste
que Flor debe pagar a cambio es demasiado elevado.
Un día de actuación en
Zaragoza se reencuentra con la Sultana y la contrata como ayudante de camerino.
A partir de entonces sus destinos jamás volverán a separarse.
La noche de su debut en
París se encuentra por casualidad con Wolfgang, que está destinado en la ciudad como agregado
militar de la embajada alemana, y ambos son arrollados por la pasión. El se
convierte en el impulso que necesita para abandonar a su mecenas y empezar una
nueva vida, a pesar de que Wolfgang está atrapado en un matrimonio de
conveniencia y tiene un hijo.
Pero la felicidad de nuestra
protagonista volverá a verse truncada cuando Wolfang es ascendido y traslado a
Berlín. Flor no quiere separarse del hombre que ama y se traslada con él a un
país convulsionado por la crisis económica y la deriva política.
Estamos ya en los albores de
la II Guerra Mundial y aunque Wolfgang consigue el divorcio y con ello casarse
con su amor después de tres lustros de relación, Flor debe abandonar Alemania y
huir a Cuba, donde descubre que está embarazada y nacerá su hija Gabriela.
A partir de aquí ya solo
queda el final de la novela que no puedo desvelar porque quizás sea lo mejor de
esta larga historia y que os tocará a vosotros descubrir si tenéis tiempo, os animáis a leerla y, sobre todo, si tenéis
ganas de conocer la historia del cuplé a lo largo del siglo XX, pues la autora
se ha documentado ampliamente sobre el tema y precede cada una de las siete
partes en que divide el libro con la letra de uno de ellos.
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