SIRA, de María Dueñas Puntuación: 4/5
Recién terminada la lectura de ‘Sira’, la esperada segunda parte de ‘El tiempo entre costuras’ de María Dueñas, tengo que deciros que eso de que segundas partes nunca fueron buenas, no se cumple en este caso y que estamos ante una novela que se lee con gusto.
Lo primero que me he
planteado al terminarla es que me recuerda enormemente a la técnica
utilizada por Julia Navarro en su libro ‘Dime quién soy’, pues en ambas novelas
la vida de la protagonista es el hilo conductor que permite a las autoras hacer
un recorrido por la historia en los distintos escenarios en los que se
desarrollan.
En ‘Sira’ nos encontramos en
los primeros años de la década de los 40, recién terminada la II Guerra
Mundial, y su protagonista, Sira Quiroga, ahora Sira Bonnard, va a ser testigo
privilegiado de los acontecimientos históricos ocurridos en Jerusalén, Londres,
Madrid y Tánger.
Sira acaba de contraer
matrimonio en Gibraltar con el periodista que conocimos como Marcus Logan y
que, en realidad es un agente secreto inglés de nombre Marcus Bonnard, y juntos
aterrizarán en Londres para conocer a su suegra, la altiva y arruinada Olivia. A
los pocos días Marcus, acompañado de su esposa, deberá incorporarse a su nuevo
destino en Jerusalén.
Corre el año 1945 y
Jerusalén es un polvorín entre judíos, árabes y británicos, estos últimos
árbitros del conflicto que precede al nacimiento del estado de Israel con la
masiva llegada de judíos huidos del exterminio nazi. Aquí Sira nos introducirá
por primera vez en el ambiente periodístico y de la radio, pues si en el ‘El
tiempo entre costuras’ María Dueñas nos deleitó con el mundo de la alta
costura, esta segunda parte la dedica al mundo de la prensa, los corresponsales
y las emisoras de radio.
Pero la felicidad de nuestra
protagonista cuando encara la recta final de su embarazo, queda truncada el día
del atentado del hotel King David, sede
de la Comandancia Militar del Mandato Británico de Palestina, que causó 92 muertos.
A partir de este momento
Sira, que debe afrontar su maternidad en solitario, regresa a su patria por
matrimonio, Inglaterra, para descubrir los destrozos de la guerra y la
decadencia de un Imperio británico que está empezando a desmoronarse.
También en Londres Sira hará
una incursión en el mundo de la radio al aceptar una colaboración con la BBC,
hasta que de nuevo es reclutada por los servicios secretos británicos para
cubrir en España la visita de Eva Duarte de Perón.
Corre ahora el año 1947 y
Sira, acompañada de su hijo Víctor, se desplaza a Madrid bajo la falsa
identidad de periodista inglesa para llevar al lector a lo largo de todo el
periplo viajero (Madrid, Granda, Galicia y Barcelona) de tan ilustre invitada
de Franco, que pretende conseguir de Argentina el suministro de productos
básicos para un país completamente arrasado por la guerra civil.
En España Sira se
reencuentra con viejos personajes conocidos del lector: Gonzalo Alvarado, su
padre; Ignacio Aguado, su primer novio; y el desalmado Ramiro Arribas, que fue
quien la arrastró con malas artes hasta Marruecos y que de nuevo reaparece para
hacerle la vida imposible.
Terminada su misión Sira
regresará momentáneamente a Londres para entregar su trabajo y poner orden en
sus asuntos legales. Pero de nuevo será reclamada para otra misión, en este
caso a cargo de una empresa que debe asegurar unas esmeraldas propiedad de la
millonaria y excéntrica Barbara Hutton, cuyo origen es la casa Romanov.
Sira se despide de todos
para regresar de nuevo a Tánger que será el cierre de la novela y el
reencuentro con antiguos personajes (Candelaria, Félix, su madre Dolores y el
inspector Vázquez) y, por supuesto, con Nick Sautter, que tendrá que ayudarla a
librar la última batalla con el canalla de Ramiro Arribas.
Así acaba esta extensa
novela, con la vuelta del lector al mismo ambiente en el que se desarrolló ‘El tiempo entre costuras’.
Solo añadir que es una novela
magníficamente documentada, me atrevo a decir que incluso excesivamente prolija
en la parte de la visita de Eva Perón a España, que os hará disfrutar con su
sosegada lectura, que puede que vuelva a ser llevada a la televisión y que, en
todo caso, concluye la intrépida vida de Sira Quiroga. ¿O debo
decir Livia Nash o Arish Bonnard…? Porque Sira, desde que la conocimos no ha
parado de reinventarse.
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