LA JURADO 272, de Graham Moore Puntuación 5/5
Conocer a un nuevo escritor y que el libro te guste es una suerte y es justo lo que me ha ocurrido con ‘La jurado 272’, un thriller legal de Graham Moore, muy en la línea de las conocidas novelas de John Grisham.
Graham Moore es un escritor
norteamericano, pero también un conocido guionista que recibió en 2015 un óscar
por su trabajo ‘Descifrando enigma’, y este detalle es importante porque el
libro que hoy os traigo es una novela muy cinematográfica en su ambientación y en
la caracterización de sus personajes, que ya está siendo adaptada por el propio
autor para la televisión y, que no me cabe la menor duda, acabará pronto
también en la gran pantalla.
Nos encontramos con la
historia de un jurado compuesto por doce personas a las que corresponde
enjuiciar el presunto asesinato de una joven blanca de quince años, Jessica
Silver, cuyo cadáver nunca apareció, a manos de uno de sus profesores de raza
negra, Bobby Nock.
La novela se desarrolla en
dos hilos temporales. El primero, en 2009, corresponde al momento del juicio y
conoceremos de la mano del narrador los pormenores de la vida de los doce
miembros del jurado, desde el momento de su designación hasta el veredicto
final de ‘no culpable’, pasando por su encierro durante cinco meses en un hotel
por orden del juez para preservar la imparcialidad de un juicio excesivamente
mediático.
Por otro lado, diez años después,
esas mismas doce personas son convocadas de nuevo en ese hotel por uno de
ellos, Rick Leonard, con la intención de exponer a la prensa nuevas pruebas que
justifiquen que el veredicto que emitieron en su día fue erróneo. Sin embargo,
antes de que puedan darse a conocer Rick aparece muerto en la habitación de
Maya Seale, la jurado 272, una afamada abogada penalista, principal
protagonista de la novela, artífice del veredicto de no culpabilidad y acusada
ahora del asesinato de su antiguo compañero, con el que mantuvo una relación
amorosa clandestina.
Este es en esencia el
argumento de una novela muy entretenida que va llevando al lector hacia un
desenlace inesperado y, quizás, un poco forzado, después de que el autor lo
haya llevado a lo largo de sus
capítulos por mil y una posibilidades de culpabilidad, porque casi todos los miembros
de este jurado esconden secretos inconfesables.
Finalmente me gustaría
añadir que el libro contiene una velada crítica a la institución del jurado
vigente en los Estados Unidos, pues si bien supone un proceso democratizador de
la justicia y un compromiso directo en su administración por parte de la
ciudadanía, también es cierto que no está exento de riesgos como la
manipulación o las tendencias sociales discriminatorias por razones étnicas,
por ejemplo.
Por último, me ha llamado
poderosamente la atención como cualquier empresario con ingenio es capaz de
hacer negocio con casi todo. Y me estoy
refiriendo a la construcción de pueblos enteros para personas acusadas de
delitos sexuales, que no consiguen reinsertarse en una sociedad que los señala
con el dedo y los excluye de sus vecindarios por miedo a que esos
comportamientos puedan repetirse. En la novela aparecen dos de estos lugares:
Miracle y East Jesus. ¿Creéis que esta puede ser una solución ante la
existencia de depredadores sexuales?
En fin, que ‘La jurado 272’
da para mucho, para entretener y para reflexionar. Solo espero que os guste
tanto como a mí.
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