EL JUEGO DEL ALMA, de Javier Castillo Puntuación 5/5

 Después del éxito de ventas de ‘La chica de nieve’, Javier Castillo vuelve a recuperar a los mismos personajes y nos sitúa con su nueva novela ‘El juego del alma’ en la resolución de otro caso de desaparición.

Estamos en Nueva York en el año 2011, nueve años después de que dejáramos a su principal protagonista, Miren Triggs, ingresada en el hospital tras la resolución del caso de Kiera Templeton, y junto a ella su profesor de periodismo Jim Schmoer y el inspector de policía Ben Miller.

Miren, a la que Javier Castillo atribuye la autoría de la novela ‘La chica de nieve’, está cansada de las continuas giras promocionales del libro con su editora y ansía volver a su profesión, periodista de investigación en el Manhattan Press. Es en ese momento cuando se cruzan en su camino dos historias: la muerte por crucifixión de la joven Allison Hernández y la desaparición ocurrida en 2002 de otra joven a la que ya investigó, Gina Peebles.

Miren, ayudada por su eterno enamorado, el profesor Schmoer, va a adentrarse en ambos casos que aparecen conectados al instituto Mallow, una institución de corte fanático-religioso de Brooklyn, y a su director el reverendo Graham, sospechoso de abusos sexuales a menores, pues ambas jóvenes eran alumnas de dicho centro.

En el camino Miren va a someterse a las macabras pruebas de valor de una secta conocida como ‘Los cuervos de Dios’ que aparece como autora de la crucifixión de Allison. Y ella, que arrastra un pasado tormentoso de violación en su juventud, no dudará en poner de nuevo su vida en riesgo, como ya nos pasó en La chica de nieve, jugando al Juego del alma.

No me gusta desvelar en mis reseñas la trama de las novelas que leo pues creo que es motivo para desalentar a su lectura, cuando no puro spoiler. Y en esta nueva novela pasan muchísimas cosas y se producen numerosos giros a lo largo de una investigación que se lleva a cabo entre los tres personajes que os he citado. Porque Javier Castillo sabe mantener la tensión del lector con facilidad hasta el desenlace final, que no es el esperado cuando arrancamos a leer la historia, pero evidentemente eso es lo que se espera de cualquier buen thriller.

Solo añadiros que si habéis leído mi anterior reseña sobre la novela de Javier Carcas, ‘Independencia’, me sorprende que en dos lecturas seguidas me encuentre con el recurso de sus autores a la promoción de sus novelas anteriores mediante la atribución de su autoría a alguno de sus personajes. Dos casos de metaliteratura seguidos resultan cuanto menos curiosos.