LA BRUMA VERDE, de Gonzalo Giner Puntuación 4/5
Hoy os traigo la última
novela de Gonzalo Giner, ‘La bruma verde’, por la que se le ha concedido el
Premio Fernando Lara 2020. Y tengo que empezar diciendo que soy una apasionada
de sus libros, magistrales novelas históricas de las cuales os recomiendo, sin
dudarlo, ‘El sanador de caballos’, ‘El jinete del silencio’, ‘Pacto de lealtad’
y ‘Las ventanas del cielo’.
Su nuevo libro me ha dejado
un poco descolocada porque se sale claramente de su trayectoria como escritor,
salvo en una cosa, su pasión por los animales, los cuales son siempre
protagonistas indiscutibles en sus obras. No podía ser de otro modo en él, pues
antes de ser escritor, su profesión es la de veterinario y de ahí su amor por
los animales. Como curiosidad os contaré que leyendo el ‘El jinete del
silencio’ aprendí un nuevo vocablo, que ya no puedo olvidar, ‘albeitar’ (nombre
que se daba antiguamente al veterinario).
Su nuevo libro no es una
novela histórica, es una novela de acción, y también una novela policíaca con
ciertos tintes de romanticismo, pero sobre todo es una novela de denuncia
social y un alegato ecologista.
Es la historia de Bineka,
una joven africana arrancada de su poblado y de su vida por unos hombres que
buscan enriquecerse, y que cruza su destino con un cooperante británico, Collin
Blackhill, y una ejecutiva española, Lola, que viaja a la República Democrática
del Congo tras el rastro de una amiga misteriosamente desaparecida, Beatriz,
mientras investigaba las actividades ilegales de un entramado empresarial en
Africa.
El inicio de la lectura del
libro ha sido para mí lo más desconcertante pues realmente no sabía si estaba
leyendo una segunda versión de Tarzán o de Mowgli, ya que la protagonista,
Bineka, tras ser arrancada brutalmente de su aldea, pasa a ser acogida por una
manada de chimpancés. Y así transcurre la primera parte de la historia, con
personajes como Tonuk, Sanza, Mashira y la encantadora Furaha, en la que
Gonzalo Giner retrata magistralmente la vida en la selva y demuestra una vez
más su enorme conocimiento de la vida animal.
Más tarde, el libro da un
giro copernicano y pasa a ser un thriller en el que entra en juego hasta el
FBI, en una lucha contrarreloj por salvar la vida de Bineka y detener a los
dueños de la empresa Lands&Oils, saltando de escenario a España y a Gran
Bretaña, para llegar a su desenlace final, que a todo el que lea la novela le
tocará el corazón.
Pero una vez terminada la
novela el autor nos deleita con puñado de páginas excelentes que vienen a ser
el corolario de su denuncia social y su defensa de Africa, y que voy a tratar
de resumiros porque solo por ellas, me parece, que ‘La bruma verde’ se
convierte en una lectura imprescindible para todos.
En estas páginas Gonzalo
Giner nos enfrenta definitivamente a la realidad de este continente: la
deforestación y la pérdida de espacios y ecosistemas naturales, la caza
furtiva, los abusos empresariales, la corrupción institucionalizada, las
milicias y el genocidio….
Porque, como él mismo dice,
siempre pensamos en la selva amazónica como el pulmón del planeta, pero la
Amazonia es solo la mitad, el otro pulmón verde es la selva del Congo, y se
está destruyendo por culpa de enormes intereses económicos. Y la razón es que
este país (en antiguo Congo belga y después Zaire) no ha sido capaz de
encontrar la paz a lo largo de su historia, ni cuando estaba bajo el dominio del
rey Leopoldo II de Bélgica, etapa en la que se asesinó en masa a más de ocho
millones de personas, ni tras las distintas dictaduras que se establecieron
después de su independencia en 1960, o más tarde en los años 90 en la guerra
con Ruanda en la que se produce el terrible genocidio de los tutsis por parte
de la etnia hutu.
Porque la República
Democrática del Congo en un enorme país tropical (su territorio equivale a la
suma de España, Portugal, Francia, Italia, Suiza, Austria, Bélgica, Holanda y
Alemania), recorrido por el río más caudaloso de Africa, el Congo, que posee
inmensos recursos naturales (oro, cobalto, cobre, petróleo, diamantes, uranio y
coltán, entre otros). Pero, sobre todo, es una tierra que, ante la creciente
demanda agrícola, está atrayendo la mirada de países como
China que pretenden transformar la selva en terrenos productivos ricos para el
cultivo de soja y palma. Es hora de que en el primer mundo nos concienciemos de
lo que se conoce como ‘la huella
ecológica’: total de superficie
ecológicamente productiva necesaria para producir los recursos consumidos por
un ciudadano medio.
Y frente a todos estos
problemas nuestros héroes contemporáneos, los cooperantes y los misioneros que
abandonan su cómodo mundo para ir a entregar su vida a causas humanitarias como
las que el autor va describiendo a lo largo de su novela, para tocarnos el
corazón y para concienciarnos de que protegiendo la selva, nos protegemos nosotros.
¿Sabéis, por ejemplo, que la capa vegetal de esa tierra –la truba- impide que
se escapen al medio ambiente millones de toneladas de dióxido de carbono
responsables del efecto invernadero?
Así que para terminar solo
puedo recomendaros leer la novela, no solo la vais a disfrutar, sino que va a
ayudar a todos a luchar por un mundo mejor que legar a los que todavía están
por llegar. Porque utilizando las palabras de Bineka ‘la paz no se regala,
debemos construirla sumando voluntades’.
Siguiendo tu recomendación leí la novela, y te puedo de decir que es un libro para reflexionar sobre el comportamiento del ser humano ante ciertas situaciones, me identifico mucho porque donde yo vivo hay una deforestacion muy seria por la extracción del oro de manera ilegal promocionada por el mismo gobierno y nuestra GRAN SABANA y sus ríos se esta contaminando de mercurio. El Libro es hermoso toca valores que debemos reforzar. Gracias.
ResponderEliminarA ti x confiar en mi reseña
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