1973, de Jerónimo Tristante. Puntuación: 3/5

 

He leído todas las novelas del escritor murciano Jerónimo Tristante, conocido, sobre todo, por ser el creador de la serie del detective decimonónico Víctor Ros, llevada a la televisión durante dos temporadas.

Ahora he terminado la lectura de “1973”, un thriller histórico en el que nos reencontramos con los mismos personajes de su libro “1969”: Julio Alsina, un expolicía apegado al Licor 43 y su mujer Rosa Gil. Ambos residen en París, tras haberse exiliado de España después de la resolución de un difícil caso, y allí regentan una pequeña librería en Montmatre.

Un día Alsina recibe la visita de Epstein, un agente de la CIA para que colabore en la resolución de un brutal asesinato cometido hacía dos años en la urbanización de lujo Puerto Rey, en Vera, porque ni la policía, ni la guardia civil ni la misma CIA han sido capaces de dar con el paradero de René Durand, el supuesto asesino de su mujer, Ivette Ferry y sus dos hijos menores.

A cambio de cincuenta mil dólares y nuevos pasaportes españoles para su familia, pero contra su voluntad, Alsina no tendrá más opción que volver a España e iniciar la investigación junto a un joven policía, Ernesto Sampedro.

A partir de este momento la novela, que está divida en tres partes, se convierte en una trama de espionaje internacional entre rusos y americanso, que tiene como escenario los años finales del franquismo, de los que el autor hace una buena recreación: por un lado, los camisas viejas –conocidos como los del bunker- y, por otro, los reformistas que desean la transición a la democracia con el príncipe Juan Carlos a la cabeza. Junto a ambos bandos, Carrero Blanco, presidente del Gobierno, cuyo atentado a manos de la banda terrorista ETA –la conocida como Operación Ogro- es uno de los ejes de esta historia, porque Tristante va a presentar al lector una paralelismo entre dos magnicidos, el de Carrero Blanco y el de Kennedy, utilizando algunas de las teorías conspirativas que sobre estos asesinatos han sido objeto de debate.

Esta parte es, quizás, la que menos me ha gustado, acostumbrada a que las novelas de Jerónimo Tristante sean siempre novelas policiacas. En todo caso, es una obra bastante bien documentada, fiel reflejo de la sociedad de la época, en la que la llegada masiva de turistas, que contribuyó al despegue económico del país, también sirvió para abrir la cerrada mente de los españoles.

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

LAS QUE NO DUERMEN NASH, de Dolores Redondo. Puntuación: 4/5

EL MAPA DE UN NUEVO MUNDO, de Luis Zueco. Puntuación: 4/5

LA TIERRA BAJO TUS PIES, de Cristina López Barrio. Puntuación: 5/5