LA TIERRA BAJO TUS PIES, de Cristina López Barrio. Puntuación: 5/5
Nunca ha reseñado una novela de la escritora madrileña Cristina López Barrio y, sin embargo, las he leído todas y me fascinan, a pesar de que algunas de ellas tienen cierto toque de realismo mágico: La casa de los amores imposibles, El cielo en un infierno cabe, Tierra de brumas, Niebla en Tánger (que fue finalista del premio Planeta en 2017) y Rómpete, corazón. Os recomiendo la lectura de cualquiera de ellas si aún no conocéis a la autora.
En apenas dos días he
terminado su última novela, ‘La tierra bajo tus pies’, con la que ha obtenido
el Premio Azorín 2024, un premio convocado anualmente por la Diputación de
Alicante y la Editorial Planeta.
Nos encontramos ante una
historia ambientada en el año 1935, protagonizada por Cati Skalo, una joven
acomodada de 23 años, cuya vida dará un giro inesperado a la muerte de su
madre, Carlota.
Sumida en la más profunda
tristeza y a punto de embarcar con su padre, Leonardo, hacia Filipinas, su
destino cambiará de repente. El encuentro con Rosa, una amiga de la infancia
estudiante de medicina, que en verano participa en las Misiones Pedagógicas de
la Institución Libre de Enseñanza, y una entrevista con don Manuel Bartolomé
Cossío, el presidente del Patronato de las Misiones, la llevarán hasta una
pequeña aldea de Segovia, en la sierra de Guadarrama, donde se ubica el macizo
de la Mujer Muerta.
Allí conocerá a la familia
Salazar, formada por Pacina, su hijo Fabián, y Jeremías, su hermano, con el
vivirá una historia de amor desesperada, porque ambos pertenecen a mundos
distintos e irreconciliables. Al mismo tiempo se verá involucrada en
viejos enfrentamientos con la familia de Perfecto García y su mujer Viola, terratenientes
de la aldea. Un odio centenario por la concesión de una mina de oro y el amor
de una mujer, en un ambiente donde la venganza se hereda como la tierra.
Por tanto, una novela
histórica ambientada en la II República, que pone de relieve el contraste entre
las dos Españas, la vida en la capital y la vida rural donde anida el
analfabetismo más total. Por eso, las Misiones Pedagógicas, de las que forma
parte el Teatro del Pueblo, dirigido por Alejandro Casona, son un instrumento
para acercar al pueblo la cultura, los libros, la música, el teatro y el cine.
En este contexto resultan
muy valiosos los retratos de otros personajes secundarios de la historia: don
Roque, el alcalde; don Ramiro Valiente, el maestro enamorado de su trabajo; y
Agustín de Lozoya, el cura. Los tres representan a las instituciones de la
época y aparecen muy bien dibujados por la autora.
Nada más tengo que añadir en
esta reseña de un libro cuya lectura os recomiendo.
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