LOS OJOS DEL HERMANO ETERNO, de Stefan Zweig. Puntuación: 4/5

Cambio total de tercio. He leído en un rato una obra corta, o mejor decir un relato, pues apenas tiene 70 páginas, del escritor austriaco Stefan Zweig, escrita en febrero de 1936 a modo de fábula oriental, ya que la historia que narra se sitúa ‘muchos años antes de que el sublime Buda viviese sobre la Tierra difundiendo la sabiduría entre sus discípulos’.

Muchos coinciden en que Zweig es el mejor escritor del siglo XX, un judío  desesperado ante el futuro de Europa, pues creía que el nazismo se extendería a todo el planeta, que acabó suicidándose junta a su esposa en febrero de 1942.

Había leído antes una novela suya ‘La piedad peligrosa o la impaciencia del corazón’ cuya lectura he recomendado muchas veces. Ahora acabo de terminar ‘Los ojos del hermano eterno’ que es una obra repleta de enseñanzas morales, muy apropiada para los días de Navidad que se avecinan.

Es la historia de Virata, un hombre que buscaba la perfección espiritual como consecuencia de la muerte de su hermano Belangur en la batalla. Virata, conocido como Rayo de la Espada, a petición de su rey, se pone al frente de sus tropas para atajar una rebelión que amenaza con derrocarlo y mata involuntariamente a su hermano. Como consecuencia decide alejarse de la vida de armas y aceptar el cargo de juez del reino, Fuente de la Justicia. Cuando descubre que es incapaz de dictar sentencias justas porque nadie puede ser juez de nadie, se convierte en consejero del reino, Fecundo Campo de los Consejos, para finalmente retirarse del mundo terrenal en la más absoluta soledad en una búsqueda incesante de la verdadera sabiduría, convirtiéndose en Estrella de la Soledad.

Sin embargo, de nada va a servir a Virata el camino andado porque morirá anciano como hombre anónimo sumido en el más absoluto olvido de su pueblo. Y ¿cuál es, entonces, la razón o la moraleja de la historia? Que no solo nuestras buenas o malas acciones afectan a nuestro prójimo, sino también nuestra inacción. Porque la inquietud del protagonista a lo largo de las páginas de este breve relato no es otra que la búsqueda de una forma de vivir sin hacer daño a nadie y si puede lograrse mediante nuestros actos o basta con la inacción. Por eso en su reflexión final, Virata reconoce que ‘El abstenerse de obrar es realizar también un acto del cual uno puede hacerse culpable sobre la Tierra’.

Para terminar esta reseña me gustaría recoger algunas de las reflexiones que en él se contienen porque pueden ayudarnos en nuestras vidas:

- ‘Únicamente quien ha experimentado el sufrimiento puede medir el sufrimiento’.

- ‘Solamente puede ser justo  aquel que no tiene parte en ninguna obra’.

- ‘La libertad es el más esencial de los derechos del hombre y nadie puede negarla’

- ‘Quien posee está atado al destino de los hombres’.

- ‘Quien ejerce el poder priva de libertad a los demás y a su propia alma’

- ‘Solamente quien posee la pobreza lo posee todo’…. ‘El que no tiene patria, tiene el mundo; el que lo ha abandonado todo, tiene el más grande los bienes; el que vive sin culpa, tiene la paz’.

- ‘El ejemplo es lo que liga más sobre la Tierra, lo que ata más a los hombres’.

- ‘Siempre hay en el dolor más sabiduría y verdad que en toda la filosofía’.

Espero que alguna de ellas os guste.

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