ESPERANDO AL DILUVIO, de Mercedes Redondo Puntuación: 5/5
Mi primera novela de la escritora Mercedes Redondo ha sido ‘Esperando el diluvio’ y fue un regalo estupendo porque, no solo he disfrutado mucho con su lectura en la playa, sino que además el final me arrancó alguna que otra lágrima.
Nunca antes me había
decidido por esta escritora donostiarra, a pesar de sus numerosos premios y
superventas, y especialmente conocida por su Trilogía de Baztán, porque no me atraen las novelas con toques de
fantasía y seres mitológicos. Sin embargo, en esta ocasión la autora cambia un
poco de registro y ha conseguido, a mi gusto, una novela redonda.
A modo de resumen, se trata
de un thriller sobre un caso real, que nunca fue resuelto, sobre un asesino en
serie, apodado por la prensa John Biblia. Entre 1968 y 1969 mató a tres jóvenes
en Glasgow, con un denominador común pues todas tenían la menstruación, pero
nunca logró ser identificado y el caso quedó sin resolver.
En 1983, el inspector Niah
Scott Sherrington, descubre la identidad del asesino, John Clyde, y logra
ponerle los grilletes justo un momento antes de sufrir un fulminante infarto. Y
aunque logra sobrevivir, le quedan pocos meses de vida ya que padece una
miocardiopatía dilata.
Sin embargo, Niah, contra la
voluntad de sus compañeros de la comisaría de La Marina y de su jefe, no quiere
abandonar la persecución del asesino y lo sigue hasta la ciudad de Bilbao donde
vuelven a producirse misteriosas desapariciones de mujeres.
Es importante, que en el
desarrollo de la trama, la autora utiliza la técnica del flashback para mostrar
la infancia del asesino en serie y así transmitir al lector su motivación
basada en un trauma infantil.
A lo largo de sus más de 500
páginas, la autora logra una excelente ambientación de la ciudad de Bilbao y
del clima político propio de esos años: el separatismo, la lucha contra ETA y
los vínculos con el terrorismo del IRA, la creación de la policía autónoma
vasca o la guerra de las banderas, y todo ello haciéndolo coincidir con la semana
grande de la ciudad y el gran diluvio
que se produjo el viernes, 26 de agosto de ese año. Como explica en sus notas
finales la autora, además de señalar que se ha permitido alguna pequeña
licencia con las fechas, ese día cayeron mil quinientas toneladas de lluvia y
seiscientos litros por metro cuadrado en unas horas. Es decir, la ciudad estuvo
a punto de sucumbir bajo la destrucción del diluvio.
En la novela hay también otros
personajes reseñables: Mikel Lizarso, un
joven ertzaina cargado de idealismo; Maite, la dueña de la cafetería a donde
acude cada día Noah y con la que entabla una bonita y desesperada historia de
amor; la psiquiatra, doctora Elizondo; y Rafa, mi personaje preferido, un muchacho,
recadero de los comercios de la zona, aquejado de parálisis cerebral, que
siempre va a acompañado de su fiel perrita
Auri. Es este último, un tema tratado con mucha delicadeza por la
autora, que hace despertar la sensibilidad del lector.
Para terminar esta reseña, deciros
también que el libro contiene numerosas referencias a la música, sobre todo a la
del grupo bilbaíno Mocedades y a su maravillosa canción Amor de hombres, y a Nick Kershaw y a su
canción Wouldn’t it be good, cuya
letra encabeza varios de los 75 capítulos que forman la novela.
En definitiva, me ha
parecido un libro de imprescindible lectura, por cuya razón no tardaré en coger
‘Todo te daré’, con el que obtuvo el
Premio Planeta 2016. Y, por supuesto, no sería descabellado pensar que, igual
que su trilogía, esta también acabe en la gran pantalla. Y, sobre todo, no
olvidéis tener cerca un pañuelo cuando vayáis llegando a sus últimas páginas.
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