LA MUJER DEL DIPLOMÁTICO, de Isabel San Sebastián Puntuación: 3/5

He recuperado una novela que Isabel San Sebastián escribió en 2014, ‘La mujer del diplomático’, porque me recordaba a ‘Lo que escondían sus ojos’, de Nieves Herrero, aunque tras terminar su lectura tengo que decir que nada tienen que ver.

Isabel San Sebastián es una escritora y periodista, nacida en Chile e hija de diplomático, por lo que esta es su novela más personal y contiene rasgos autobiográficos, en la medida en que se adentra en el mundo de la diplomacia de mediados del siglo pasado. Además supone un cambio de registro en su obra porque sus cuatro novelas anteriores eran novelas históricas medievales, mientras que ‘La mujer del diplomático’  siendo también una novela histórica, es más contemporánea. No en vano la autora cubrió como periodista la caída de los regímenes comunistas y del telón de acero.

La historia está narrada en dos tiempos, mediante la técnica de capítulos alternos. En 2011, Lucía, hija de Fernando y María, tras poner en venta el piso familiar de Madrid tras la muerte de su padre, encuentra en el trastero un baúl azul donde se esconde un cuaderno de música, que es en realidad el diario escrito por su madre en octubre de 1962, en Estocolmo, a punto de iniciarse la Guerra Fría entre Kennedy y Kruchez, como consecuencia de la crisis de los misiles de Cuba; una semana durante la cual la paz pendió de un hilo como consecuencia de la amenaza nuclear entre Estados Unidos y Rusia.

Lucía es una editora de fama, divorciada y con una hija, a punto de romper de nuevo con su pareja actual, Santiago. Por esta razón la lectura del diario de su madre le va a servir para afrontar una nueva y dolorosa ruptura sentimental, al descubrir en sus páginas a una madre desconocida para ella, con sus temores, su inquietud ante la situación internacional, sus celos por la infidelidad del marido, y el sufrimiento por la lejanía de sus dos hijos varones –Miguel e Íñigo- que se encuentran estudiando internos en Madrid.

Junto a estas dos mujeres, la autora recoge también a una tercera generación, Laura, la hija de Lucía, una arquitecta, que acompañada de su marido, está a punto de emprender una nueva vida profesional al otro lado del mundo. Se pone, así, de manifiesto la diferencia educacional de las tres. Mientras María es fruto de una época de arraigadas convicciones morales y religiosas, cuyo papel fue seguir a su marido por medio mundo (París, La Habana, Cuzco y Estocolmo); Lucía, en cambio, lucha por sus derechos y por encontrar su sitio en un mundo nuevo donde la mujer goza de independencia profesional y económica; y, por último, Laura, que provoca un inversión radical de papeles pues es su marido el que va a seguirla a América para que pueda cumplir su sueño, para hacer frente a la precariedad laboral de la juventud.

Al hilo de esta reflexión me gustaría compartir con vosotros las palabras de Lucía en la novela: “Su tiempo fue el de las certezas y el mío el de la libertad, a ninguna de las dos nos fue dado elegir, pero las dos pagamos con creces el tributo debido a la vida”.

Por otro lado, la autora retrata también con detalle el lujoso mundo de la diplomacia, el glamour de sus bailes y recepciones en las embajadas, aderezado con las intrigas políticas y la vida de los espías.

Y como contrapunto a este ambiente, el del terrorismo de ETA (representado a través de Antonio Hernández, un guardia civil que pretende publicar sus memorias en la editorial de Lucía) y el terrorismo islámico, pues María murió en el atentado sufrido por el vuelo internacional 103 de Pam Am, un Boeing 747 llamado Clipper maid of the Seas, que el 21 de diciembre de 1988 realizaba su itinerario entre Fráncfort (Alemania) y Detroit (Estados Unidos), con escala en Londres y Nueva York, como consecuencia de un ataque terrorista libio, que provocó su explosión en el aire sobre la ciudad de Lockerbie (Escocia), en venganza por los bombardeos de Trípoli y Bengasi por aviones norteamericanos en 1986, en la guerra por el petróleo controlado por Gadafi. En dicho atentado murieron los 259 pasajeros que viajaban a bordo y once más en tierra en la ciudad de Lockerbie.

Para finalizar esta reseña, que está saliendo un poco larga, deciros que para los que os guste la música cubana y el jazz, la autora incluye como personaje de la época a Bebo Valdés, y nos relata su azarosa salida de la Cuba de Fidel Castro, donde abandonó a su esposa y a sus cinco hijos, para terminar finalmente asentándose en Suecia en 1963 donde formó una nueva familia.

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