EL VALLE DE LAS SOMBRAS, de Jerónimo Tristante Puntuación: 4/5

El año pasado reseñaba ‘1936’, una novela histórica, de corte policíaco, del escritor murciano Jerónimo Tristante, ambientada en los primeros meses de la Guerra Civil española durante el asedio de Madrid por las tropas franquistas, y protagonizada por el teniente republicano Juan Antonio Tornell, perteneciente a las Milicias de Vigilancia de la República.

Ahora casualmente ha caído en mis manos la continuación de esa historia, ‘El valle de las sombras’ y lo curioso es que esta novela es de 2012, mientras que ‘1936’ fue escrita en 2022 como precuela de la misma, aunque cualquiera de las dos puede leerse de manera independiente.

Tristante es conocido, sobre todo, por ser el creador de la serie del detective decimonónico Víctor Ros, llevada luego a la televisión. Por tanto, esta mini-saga supone una continuación de su estilo personal, pero con un cambio de período histórico: la Guerra Civil y los primeros años de posguerra.

La novela arranca en diciembre de 1937 cuando el comandante Cuaresma, el teniente Juan Antonio Tornell y el sargento Berruezo caen prisioneros mientras participaban con el ejército republicano en la toma de Teruel.

Años después, la guerra ha terminado y Franco quiere construir un monumento a los caídos en Cuelgamuros, un paisaje de la sierra madrileña de una belleza natural arrebatadora. Hasta aquí llega Tornell, después de haber pasado por las peores cárceles del franquismo, y conoce a Roberto Alemán, un héroe del ejército nacional apodado ‘El Loco’, que sobrevivió fugándose de la checa de Fomento, enviado como delegado del ICCP –la Inspección de Campos de Concentración de Prisioneros- para investigar la desviación de suministros y el estraperlo en el Campo. Sin embargo, el asesinato de un prisionero se va a cruzar en su  camino y juntos tendrán que colaborar para resolver el caso.

Este es el argumento sobre el que pivota la novela, que en realidad es la historia de amistad de dos hombres desencantados con la ideología que un día defendieron en bandos contrapuestos, como canto a la auténtica reconciliación que Tristante defiende a través de sus páginas, desde una perspectiva muy objetiva, sin caer en maniqueísmos ni prejuicios. Porque, como ya contaba al reseñar ‘36’, el autor presenta las atrocidades cometidas en la guerra civil por ambos bandos, pero ofrece a sus  dos personajes protagonistas una puerta a la redención.

Por otro lado, la novela está muy bien documentada en lo que se refiere al desarrollo de las obras del Valle de los Caídos, dirigidas por don Pedro Muguruza. Tres empresas se encargaron de la construcción: San Román, debía abrir una cripta en la roca viva de granito; Molan construir un monasterio anexo; y los hermanos Banús la carretera de acceso. Sin embargo, las obras no avanzan al ritmo que Franco quiere y en 1943 el Patronato de Redención de Penas, obra del jesuita Pérez del Pulgar, destina a Cuelgamuros a batallones de castigo, formados por mano de obra reclusa que, deseando salir de unas cárceles atestadas de presos en condiciones infrahumanas, termina construyendo un mausoleo con la sangre y el sudor de su esfuerzo para lograr reducir sus condenas.

En fin, una novela para conocer un pedazo de nuestra historia de manera muy amena, de una guerra que se convirtió en la excusa perfecta para llevar a cabo ajustes de cuentas que nada  tenían que ver con la política sino con viejas rencillas, venganzas personales y conflictos entre familias.

Espero que os guste y feliz Navidad.

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