LOS MUERTOS NO MIENTEN, de Stephen Spotswood Puntuación 4/5
‘Los muertos no mienten’, es una novela de detectives escrita por Stephen Spotswood, guionista, periodista y profesor, con la que nos ha sorprendido a todos pues más bien parecería que estamos ante una novela clásica al estilo de Agatha Christie. ¿Os acordáis de novelas de habitación cerrada como ‘El misterioso caso de Styles'? Pues algo parecido nos presenta el autor con esta obra ambientada en el Nueva York de los años 40.
Nos encontramos con una pareja
de detectives atípica y poco convencional: por un lado, Lillian Pentecost –una
anciana enferma de esclerosis múltiple- y por otro, Willowjean Parker, aunque ella
prefiere que la llamen Will –una joven que escapó de su casa con quince años y
acabó trabajando en un circo ambulante-. Ambas se convierten en socias al
conocerse en una peligrosa situación relacionada con el asesinato del Sr.
McCloskey, ya que Will salva la vida a Lillian y esta, con su fino olfato,
descubre las grandes capacidades que la joven esconde en su interior.
Así arranca la novela que
hoy os traigo y que estoy segura será la primera de una serie protagonizada por
esta peculiar pareja. Por ello tras la presentación de sus personajes y el modo
en que se conocieron en 1942, el autor nos mete de lleno en la resolución de un
caso acaecido tres años después para el que ambas son contratadas debido a la
incapacidad de la policía neoyorkina para descubrir al culpable. Se trata de la
muerte de la aristócrata Abigail Collins durante la fiesta de disfraces de Halloween, asesinada
en la misma habitación en la que unos años atrás se había suicidado su marido,
Alistair Collins, un próspero hombre dedicado al negocio armamentístico. No
olvidemos que la novela está precisamente ambientada en los años finales a la
II Guerra Mundial.
A la fiesta asiste un elenco
de personajes sobre los que gira la investigación. De todo ellos destacan los
hijos de Abigail, los gemelos Rebecca y Randolph; su padrino y socio en la
empresa del padre fallecido Harrison Walace que son quienes contratan los
servicio de la pajera de detectives; John Meredith, el perfecto y abnegado
empleado; y, finalmente, Ariel Belestrade, una médium chantajista sobre la que
en un primer momento van a a recaer todas las sospechas; su amiga, la profesora
Olivia Waterhouse y su ayudante Neal Watkins.
Y hasta aquí os voy a contar
porque la novela va desarrollándose básicamente sobre la deducción y la
intuición de la anciana Lillian, apoyándose en algunas pequeñas pistas que no
aparecerán hasta ya muy avanzada la investigación, y es que estamos ante
secretos del pasado muy bien escondidos. Por esta razón no va a resultar fácil
al lector anticiparse al desenlace final ni descubrir al culpable.
Solo espero que esta pequeña
reseña os anime a leerla si os gustan las novelas clásicas de detectives.
Sin duda interesante la trama.
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