LA RED PÚRPURA, de Carmen Mola Puntuación 4/5
Detrás de ‘La novia gitana’
tenía que venir ‘La red púrpura’, segundo volumen de la trilogía de Carmen
Mola. Y evidentemente nos encontramos con un nuevo thriller, más angustioso si
cabe que el anterior, y aún más descarnado y sórdido. Así que mi opinión es que
es un libro adictivo y muy enganchante,
pero no es apto para cardíacos y, por supuesto, es imprescindible haber leído
antes ‘La novia gitana’ pues vamos a encontrarnos a sus mismos personajes y sus
historias personales continúan donde quedaron en el primer libro.
Así que otra vez estamos en
la Brigada de Análisis de Casos, al frente de la cual está la inspectora Elena
Blanco, una mujer con un terrible pasado a su espalda que le obsesiona cada
minuto de su vida, y sus compañeros de equipo: Chesca, Orduño, el forense
Buendía, la ‘abuela’ hacker Mariajo y Angel Zárate.
Precisamente ‘La red
púrpura’ va a girar en gran parte sobre el pasado de la inspectora a la que
hacía ocho años una red criminal, que opera en la Deep Web, secuestró a su hijo Lucas y aún lo tiene preso, de ahí el
empeño de su madre por rescatarlo, al mismo tiempo que lucha por desarticular
la organización más sádica y cruel que podáis imaginar. Esta es también la
razón por la que el resto de integrantes de la Brigada policial queda un poco
más desdibujado pues sobre ella bascula gran parte de la novela.
No me gusta contar en mis
reseñas muchos datos de la trama de los libros y menos cuando se trata de un
thriller en el que hay abundantes giros que consiguen que el lector no se
despegue de sus páginas y lo devore en apenas unos días. Solo os voy a decir
que nos encontramos con una auténtica cacería, incluida una gran finca rural,
pero que no son animales precisamente el objeto de la misma y de las apuestas
que se van montando en torno a ella a través de de la Deep Web. Así que podéis imaginar que el horror está servido y vais
a encontraros con lo peor del ser humano, pues a veces su crueldad no parece
tener límites.
La autora también retrata
muy bien los barrios marginales de Madrid, cargados de los desheredados de la
sociedad, los pobres entre los pobres, y el mundo de la drogadicción y la
delincuencia. Y si lo hace es, porque aunque miremos hacia otro lado, esa
realidad existe y nosotros como sociedad también somos responsables de su
existencia.
En fin, que al libro no le
falta de nada y cuenta con un buen final, sorpresivo y sorprendente, no solo
por conocer al cabeza de la red púrpura y su pasado –alguien a quien
conoceremos durante todo el libro como ‘el Padre’-, sino también por el
desenlace de la historia familiar de la inspectora Elena Blanco.
Como en ‘La novia gitana’ el
libro, formado por capítulos breves, está compuesto de cinco partes precedidas
de una páginas en cursiva que en este caso se dedican al secuestro y vida de
Lucas.
Espero haberos convencido de
no abandonar la trilogía y, por supuesto, yo me pongo de inmediato con la
tercera y, de momento, última parte, ‘La nena’. No os lo penséis porque más
pronto que tarde nos la encontraremos como serie televisiva. Solo espero que
cuando llegue ese momento, Carmen Mola, su autor/a haya salido del anonimato y,
sea quien sea, no deje de escribir.
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